No suelo hablar de deporte local, pero hoy me voy a permitir
la licencia, después de los últimos acontecimientos en el equipo de Baloncesto
de Perfumerías Avenida de Salamanca. Acontecimientos que dejan en evidencia los
antojos y “desantojos” de los que deciden, o más bien del que decide (como
siempre por otra parte).
Antojos que un día hicieron que la familia Recio entrara en
Perfumerías Avenida, del mismo modo que hace unas semanas decidió meterse en la
Unión Deportiva Salamanca, justo a continuación de declarar en varias ocasiones
que en épocas de crisis hay que abrocharse el cinturón y que no se podían hacer
muchos esfuerzos en el equipo de baloncesto más importante de la ciudad. Algo
que siempre fue criticado desde Salamanca fue la actitud que otro de los
grandes equipos del baloncesto femenino de España, desaparecido a principio de
temporada, eran los fichajes a golpe de talonario, algo que desde Salamanca se
ha empezado a hacer sin mucha suerte.
Todo empezaba con la salida de Lucas Mondelo al término de
la pasada temporada del banquillo perfumero. A sus espaldas copas, ligas,
euroligas, supercopas… dejaba a Perfumerías Avenida en un gran momento de
títulos y con una gran problema en los despachos, ¿quién sustituiría a Mondelo?
Los candidatos que gustaban a la directiva no terminaban de cuajar. Una
directiva bicefalia, por un lado Carlos Méndez, el gerente, y por otro Jorge Recio, el
presidente, cada uno con sus favoritos. Al no llegar acuerdo ninguno, Méndez
propuso que el entrenador para la temporada 2012/2013 fuera Alberto Miranda,
hombre de la casa que había trabajado en la cantera y que con José Ignacio Hernández
y Lucas Mondelo había sido segundo entrenador, puesto que era la opción más
económica el presidente aceptó a regañadientes.
Problemas con los fichajes, llegaban tarde y en ocasiones no
aptas para jugar, sumado a lesiones, malos hábitos de algunas jugadoras y algún
que otro mal resultado fueron minando la poca confianza que Jorge Recio tenía
en el entrenador. Como regalo de navidad Alberto Miranda acababa el último
partido del año con la carta de despido bajo el brazo. El día anterior al
encuentro contra Bembibre le comunicaban su despido pidiéndole que dirigiera al
equipo en el último partido y ahí acabaría su relación contractual.
De nuevo el mismo problema, ¿quién dirigiría al equipo?
Empezaron a salir nombres, candidatos… hasta que Avenida decide fichar a un
entrenador tiene contrato con otro equipo en España. Victor Lapeña se sentará
en el banquillo perfumero a partir del próximo 2 de enero hasta final de
temporada. Esperemos que Lapeña no sea una víctima más de antojos y
“desantojos” al que le deseamos toda la suerte del mundo, la misma que le
deseamos a Alberto Miranda al que le quedan muchas horas sentado en un banquillo.
Fotografía: perfumeriasavenidabaloncesto.com
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