Con estas palabras la Reina de Inglaterra inauguraba una nueva edición de los Juegos Olímpicos, una ceremonia que iniciaba Bradley Wiggins, el actual ganador del Tour de Francia, con un campanazo que daba paso a la narración de la historia de Inglaterra desde la campiña británica con la vida agrícola y ganadera. La minería empezaba a cambiar el paisaje, las fábricas transformaban la campiña en una ciudad que vivía la revolución industrial.
El periodo de las Guerras Mundiales tuvo un momento emotivo en el que todo el movimiento en el Estadio Olímpico de Londres se paró y una música solemne recordaba a los caídos en ambos combates. Los años 60 llegaron con The Beatles, los hippies… James Bond tuvo trabajo en la ceremonia, cumpliendo lo que mejor sabe hacer fue a buscar a la Reina de Inglaterra a Buckingham Palace, ambos subieron a un helicóptero que los llevó hasta el Estadio Olímpico y “saltaron” para llegar al estadio. La Reina de Inglaterra acompañada del Duque de Edimburgo, toda la familia real y personalidades importantes del COI ocuparon su sitio en el palco para seguir disfrutando de la ceremonia.
Los niños tuvieron su homenaje cuando decenas de niños entraron en el estadio en sus camas. J. K. Rowling les leyó un fragmento de Peter Pan para que durmieran, aunque no tuvieron dulces sueños, las pesadillas personalizadas en Voldemort o Cruela de Ville atormentaron a los pequeños hasta que Mary Poppins llegó para luchar contra los monstruos y proteger a los niños.
El cine y la música inglesa tuvieron su homenaje, Carros de fuego con un cameo de Mister Bean puso el tono cómico y The Beatles, David Bowie, Queen, Sex Pistols, Muse, Amy Winehouse… pusieron la banda sonora. La historia siguió avanzando hasta la actualidad con la aparición de las redes sociales y el homenaje a Sir Tim Berners Lee, el creador de internet, también británico.
Después llegó el desfile de las 204 delegaciones olímpicas. Grecia, como manda la tradición Grecia abría el desfile, país donde empezaron los juegos en Olimpia siempre empieza los desfiles, el último país, Inglaterra como locales cerraron el desfile para dar el colofón a la ceremonia de los deportistas. Se podía ver a varios tenistas como abanderados de sus países, María Sharapova con Rusia, Novak Djokovic con Serbia, Baghdatis con Chipre… Usain Bolt animando el desfile con su desparpajo llevaba la bandera jamaicana y Pau Gasol llevaba en lo más alto la bandera española. Más de 100 deportistas españoles quería tener su protagonismo y la fila se fue estirando lo que hizo que los voluntarios les apremiaran a que fueran más rápido para poder cumplir con el tiempo fijado. El desfile concluyó con una actuación de los Artic Monkeys que hicieron su particular homenaje a The Beatles.
El protocolo de los discursos llegaba a su punto. Sebastian Coe, Jacques Rogge y la Reina de Inglaterra declaraban inaugurados los Juegos Olímpicos de Londres. La bandera olímpica hacía su aparición portada por ocho personalidades mundiales como Ban Ki Moon, Secretario General de la ONU, Haile Gebrselaisse, maratoniano etíope… Muhammad Ali también estuvo presente, aunque su delicado estado de salud solo le permitió ponerse en pie cuando la bandera pasó delante de él y se llevó la ovación de todo el público que abarrotaba el estadio.
David Beckham llegaba al estadio en una barca con el fuego olímpico para darle el relevo a Steve Redgrave que recorrió los últimos metros hasta llegar al estadio donde se encontraban siete jóvenes deportistas que serian los últimos relevistas que después de darse los relévelos alrededor de todo el estadio volvieron al punto de partida donde cada uno consiguió una antorcha y de nuevo todos juntos fueron hasta el centro del campo donde se encontraba, sorprendentemente, el pebetero. Con cada delegación olímpica aparecía un niño con una extraña figura que en el momento de encender el pebetero se descubrió que eran unas pequeñas antorchas que formarían el pebetero olímpico. 204 mini-pebeteros que fueron encendidos por los siete jóvenes y se cerraron como si de una flor se tratara para dar lugar a una sola antorcha. Nunca el pebetero se había colocado en el centro del campo, aunque cuando empiecen las competiciones tendrán que buscarle otra ubicación.
Sir Paul McCartney puso el broche final con la interpretación de Hey Jude, con la que hizo que todo el estadio cantara la popular canción. A partir de aquí 17 días de competición, decenas de modalidades deportivas, miles de deportistas y millones de espectadores vivirán el sueño olímpico.
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