Después de descubrir que el mundial de Fórmula 1 iba a tener los mismos tintes que el año pasado, salvo que el papel de Red Bull lo ocuparían los McLaren, llega Malasia. Archiconocidas son las lluvias en esa parte del globo terráqueo, más dudas sobre cómo se comportaría el Ferrari en lluvia, un coche que sigue sin tener la velocidad necesaria para acercarse a sus máximos rivales. La clasificación dejaba a Fernando Alonso octavo subiendo un puesto por la sanción de Kimi Raikkonen debido a la sustitución de la caja de cambios. De nuevo había que ir a minimizar pérdidas y que los máximos rivales no consiguieran demasiados puntos que le permitieran alejarse ya en la segunda carrera del mundial.
Los McLaren monopolizaban la primera línea de salida con Hamilton primero y Button segundo. Tercero se colocaba el veterano Schumacher al que seguían los Red Bull de Webber y Vettel, alejados de los puestos que ocupaban la temporada pasada.
Las predicciones meteorológicas decían que habría lluvia antes de la carrera, pero una vez más la lluvia se hizo esperar. Muchas dudas sobrevolaban la parrilla de salida donde los pilotos hablaban con sus ingenieros para intentar acertar con la decisión sobre que ruedas debían de colocar. La lluvia se estaba acercando pero si colocaban ruedas para mojado y no llovía la carrera podía ser un desastre, del mismo modo que si ponían ruedas de seco y se ponía a llover a los pocos metros de iniciar la prueba. Las primeras gotas empezaban a caer en la parrilla mientras que en otras zonas la pista empezaba a estar más mojada. La decisión casi unánime fue la colocación de los neumáticos intermedios en todos los coches.
Iniciada la carrera, los primeros metros fueron para Hamilton seguido de Button, Schumacher se perdía en la clasificación después de tener un toque y hacer un trompo. Webber se colocaba cuarto y Alonso subía hasta la quinta posición. La tromba de agua no se hizo esperar en la vuelta 5 el asturiano cambiaba sus ruedas intermedias por las extremas y el Safety Car salía apenas una vuelta después para evitar accidentes mayores. El agua se empezaba a acumular en la pista formando grandes charcos y los coches apenas se veían. Solo las pequeñas luces rojas que llevan colocadas en la parte trasera de los monoplazas levitaban en el ambiente sin dar la menor indicación de que ahí podía haber un coche de fórmula 1.
Los directores de carrera tomaron la decisión de parar la prueba y esperar a que dejara un poco de llover y que el agua se evacuara de la pista. La pista de volvió a llenar de coches, mecánicos, ingenieros, pilotos yendo y viviendo, hablando entre ellos de las condiciones de la pista y de unas llamativas jaimas, novedad en la fórmula 1 que colocaron encima de los coches para que tanto el coche como los mecánicos y pilotos pudieran resguardarse de la tormenta. Una hora después la carrera se podía reanudar, aunque con el Safety Car controlando la carrera.
Hasta la vuelta 14 el coche de seguridad permaneció en la pista y la carrera fue relanzada. Hamilton estaba en primer lugar seguido de Sergio Pérez y Alonso se colocaba tercero. La mayoría de los pilotos pasaron por boxes para poner unos neumáticos intermedios ya que la pista se iba secando con el paso de las vueltas. Hamilton y Alonso entraban a la par aunque el inglés se vio perjudicado por el tráfico que había en boxes. El piloto de Ferrari salió antes que él y se colocaba segundo por delante de Sergio Pérez que no había entrado en boxes. Una vuelta después, el venezolano entraba en boxes y dejaba a Fernando Alonso líder de la carrera, algo impensable a principios de temporada. El Ferrari recortaba distancias con sus máximos perseguidores en condiciones mojadas.
Los problemas empezaban a aparecer cuando la pista se iba secando y las ruedas empezaban a dar síntomas de desgaste. Sergio Pérez recortaba distancia a Fernando Alonso. El final de la carrera iba a ser un mano a mano entre el venezolano y el español. Estaba casi asegurado que iba a alcanzarle si no aparecía la lluvia o si el equipo rojo acertaba con la estrategia. Si Pérez conseguía alcánzale no iba a tener problemas en adelantarle, el Sauber tiene más punta de velocidad y no le sería difícil conseguir la primera plaza.
Esta vez la estrategia de Ferrari funcionó, aunque había previsiones de agua, se arriesgaron a colocar en sus coches los neumáticos de seco antes de que entrara Sergio Pérez y aumentar un poco la diferencia apretando todo lo que podían en su vuelta a la carrera. En la vuelta siguiente los de Sauber hicieron lo mismo pero Alonso seguía primero aunque cerca tenía a Pérez y tercero a Hamilton. En los retrovisores del Ferrari la figura del Sauber se hacía cada vez más grande, la lucha por la victoria iba a comenzar teniendo a los dos pilotos a menos de un segundo, pero Sergio Pérez tuvo una pequeña salida de la pista y eso le dio a Alonso una distancia para respirar y conseguir llegar al final de la carrera en primera posición.
Una victoria para nada esperada para equipo italiano y que coloca a Fernando Alonso líder del Mundial a cinco puntos de Hamilton. Un primer puesto del asturiano que no se repetía desde el Gran Premio de Gran Bretaña del año pasado. Aunque en Ferrari reconocen que no tienen un coche para luchar por las victorias intentarán llegar a China en tres semanas con alguna innovación que les permita ir recortando distancias y luchar con todo lo posible por el mundial.
Fotografías:
1,3,4: as.com
2: formula1.com
5: marca.com
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