Round 3: El partido en el que Mourinho se dio cuenta de que las eliminatorias se juegan y ganan en el campo... o no

Desde el primer momento que Mourinho puso un pie en el Santiago Bernabéu (allá por julio) venía con un lema, "los partidos se empiezan a jugar en las ruedas de prensa previas". Durante toda la temporada ha mantenido su idea firme y en estos momentos a final de temporada, está llegando a su culmen. La eliminatoria de las semifinales de Champions empezó el martes, el intercambio de golpes entre Mourinho y Guardiola llegó a su punto álgido de la temporada. Por primera vez Mourinho no andaba con segundas y Guardiola decía lo que pensaba, la batalla estaba servida.

En la mañana del partido se digerían las ruedas de prensa de los entrenadores junto con la posible baja de Iniesta por lesión, una misteriosa ausencia que Guardiola sacó en su rueda de prensa pero que los servicios médicos del equipo azulgrana no comunicaron a la prensa hasta la misma tarde del partido. De nuevo el asunto que preocupaba a propios y extraños era el césped, ¿cómo estaría el césped en esta ocasión?, ¿lo regarían?... De nuevo el césped iba a estar alto y según la normativa de la UEFA, si los dos equipos no se ponen de acuerdo, el césped se iba a regar una hora antes del partido solamente. Algunos periodistas que estaban en el estadio dudaban de sí se había regado antes de esa hora porque una hora antes no fue regado. Con lo que el césped estaría alto y seco para dificultar todo lo posible el juego rápido del FC Barcelona.

Las alineaciones definitivas serían las de gala, salvo algunas ausencias. Por parte del Real Madrid Casillas, Arbeloa, Ramos, Albiol, Marcelo, Pepe, Alonso, Lass, Ozil, Cristiano y Di María. Por su parte el FC Barcelona optaba por: Valdés, Alves, Puyol, Piqué. Mascherano, Busquets, Xavi, Keita, Messi, Pedro y Villa. En el Real Madrid, Pepe seguía en el centro del campo con Xabi y en el Barcelona, Puyol volvía a un once titular después de sus molestias en el último clásico de liga.

Desde los primeros minutos, el partido se parecía al partido del sábado 16, el Barcelona tenía la posesión del balón y el Madrid le intentaba parar con faltas. El Real Madrid salió al campo con la idea de que un 0-0 en su campo les valía, algo que fue muy criticado después del partido. El partido se iba calentando con pequeñas peleas que no llegaban a más.

La tángana llegó en cuando el árbitro pitó el descanso. Según se retiraban los jugadores. Pinto se encara con Arbeloa y varios jugadores de los equipos se enzarzaron en una pelea. El delegado del Real Madrid, Chendo, intentando separar a los jugadores de los dos equipos agarró a Pinto por el cuello para que no fuera a mayores la bronca. Al final el árbitro expulsó a Pinto y el Barcelona tuvo que jugar la segunda parte sin un portero suplente en su banquillo.

Con el inicio de la segunda parte, los ánimos estaban muy caldeados y el juego del Real Madrid seguía siendo muy duro. Falta tras falta intentaban que el FC Barcelona no elaborara su juego. El árbitro intentaba pasar desapercibido después de todo lo que se había hablado de él en la previa pero los jugadores no se lo ponían nada fácil. En el minuto 52 de partido, Sergio Ramos vio una tarjeta amarilla que le impide jugar el partido de vuelta en el Camp Nou.

Poco después, en el minuto 60, llegó la jugada de la polémica de todo el partido. Pepe realiza una falta sobre Alves y el árbitro le expulsa directamente. El jugador del Real Madrid entra con fuerza con su pierna que impacta en la tibia del brasileño sin tocar balón. La jugada marcó un antes y un después en el partido. La gran mayoría de los árbitros que se han pronunciado sobre la jugada están de acuerdo que no era para expulsar al jugador aunque la jugada sea dura. Con esta jugada ya tenía Mourinho la excusa perfecta para descentralizar las miradas en el juego de su equipo para centrarlas en el árbitro.

Después de la expulsión de Pepe, el siguiente en tener que abandonar el terreno de juego fue el propio Mourinho. El árbitro le expulsó por sus continuas protestas por la jugada. Se colocó en su sitio habitual cuando no se puede sentar en el banquillo aunque cerca de él para poder seguir dando las ordenes a su equipo.
En el minuto 77, Messi silenció al Santiago Bernabéu marcando el primer gol de la eliminatoria. A pase de Afellay que había entrado en sustitución de Pedro. Un gol que dolió en el equipo madridista que veía que sus opciones se alejaban.

Solo 10 minutos después, de nuevo Messi marcó el gol de la sentencia, un 0-2 que pone las cosas muy difíciles para que el Real Madrid coja billete para Wembley.

Ya solo queda el último partido entre FC Barcelona y Real Madrid, el próximo martes 3 de mayo uno de los dos se plantará en la final de Champions. Muy probablemente salvo hecatombe será el FC Barcelona que se enfrentará salvo hecatombe también al Manchester United.

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