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4.5.11

Después de todo lo que se había hablado que si árbitros, que si teatros, que si denuncias, que si UEFA, que si Mourinho, que si Guardiola... Solo importaba el fútbol y lo que ocurría en el Camp Nou esa noche. Aunque un pequeño nombre se oyó entre tanto ruido, Abidal, después de ser operado por un tumor en el hígado volvía a una convocatoria en tiempo record, solo seis semanas después de salir del quirófano.
El cielo parecía decirle a Mourinho, ¿quieres un césped seco? Pues toma lluvia para aburrir. Las horas previas al partido parecía que el cielo se iba a caer en Barcelona, tremendo aguacero que duró casi varias horas inundaba las calles de la ciudad y regaba el césped del FC Barcelona. Aunque el mojarse en el campo iba a convertirse en un problema menos para el técnico del Real Madrid que prefirió quedarse en el hotel de concentración para ver el partido ya que estaba sancionado y ningún sitio que le facilitaban parecía agradarle.

Se conocían los once hombres que iba a luchar por una final de la máxima competición europea. El FC Barcelona presentaba su once de gala Valdés. Alves, Piqué, Mascherano, Puyol, Busquets, Xavi, Iniesta, Pedro, Villa y Messi. El Real Madrid presentaba varias sorpresas en su once. Casillas en la portería con Arbeloa, Carvalho, Albiol, Marcelo en defensa, Xabi Alonso, Lass y Di María en el centro del campo y arriba Kaká, Higuaín y Cristiano. Kaká sentaba a Ozil, uno de los mejores hombres con los que cuenta Mourinho e Higuaín sentaba a Adebayor dando a entrever lo poco que cuentan con Benzema.
La salida del Real Madrid parecía que convencía para una remontada histórica. Presionando arriba y no dejando respirar a un Barcelona que parecía achantado. Con los minutos el Real Madrid fue perdiendo potencia en la misma media que el FC Barcelona la iba ganando. El partido se jugaba en el centro del campo y Casillas y Valdés no parecían haber hecho acto de presencia en el partido.

A la misma velocidad que el Madrid perdía su fuerza en ataque aparecían las primeras faltas del equipo blanco. La consigna parecía clara, si no tenemos las oportunidades hacemos falta. El FC Barcelona llegaba cada vez más a la portería del Madrid y Casillas tuvo que esforzarse al máximo para que los culés no marcaran un gol que prácticamente les sentenciaba.

En la primera parte el árbitro, tan discutido en la previa, estaba cumpliendo su labor, con tintes caseros como él la mayoría de los arbitrajes europeos pero dentro de sus funciones. Carvalho a punto estuvo que verse expulsado a pocos minutos de finalizar la primera parte pero el árbitro parecía que no quería expulsar a nadie y convertirse en noticia.

A punto de concluir la lluvia volvió a hacer acto de presencia lo que hacía que el campo estuviera más pesado todavía y se formaran charcos que impedían el buen transito del balón sobre todo en el juego del Barça. Parecía que tanta lluvia iba a acabar beneficiando al Real Madrid.
La segunda parte también empezó con el líquido elemento haciendo acto de presencia. Aunque no fue el único que apareció, un espontáneo (Jimmy Jump) salto al terreno de juego con la famosa Barretina, su objetivo parecía ser Cristiano Ronaldo pero con tanto guardia de seguridad detrás de él le impidió cumplir su cometido.
Sin más sobresaltos empezó la segunda parte. De nuevo el Real Madrid salió muy fuerte presionando. Incluso llegó a marcar un gol que fue anulado por De Bleeckere por una falta de Cristiano Ronaldo a Piqué que fue inexistente. Los árbitros que han sido consultados por los medios de comunicación no entienden el motivo de que ese gol se anulara. Ya teníamos la polémica servida. El Real Madrid que si ya le estaban robando y el Barcelona que si ya están llorando los de la capital.

Tocaba reponerse del gol anulado y seguir pensando en meter por lo menos dos goles. Pero sus planes se truncaron cuando Pedro metió un gol que les sentó a los blancos como una puñalada. Si ya era difícil remontar un 2-0 ahora había que remontar un gol más. Una mezcla entre pases precisos y velocidad, marca del FC Barcelona se unió a la poca presencia de la defensa del Real Madrid para parar la jugada.

El Real Madrid parecía desesperado por hacer algo más pero sus acercamientos a la portería de Valdés eran escasos por no decir nulos. Con los minutos el milagro se iba haciendo más grande hasta que el minuto 64 Marcelo pusiera un poco de luz y esperanza a la afición. Se aprovechó de un rechace al palo de un disparo de Di María que calló en sus pies, Valdés no pudo hacer más que sacar el balón de su portería. Un fallo en la salida del FC Barcelona propicio que le Madrid empatara el partido.

Ya hasta el minuto 89 no pasó nada más que la salida de Abidal, un premio merecido para un jugador que ya se le esperaba para la temporada que viene. Un Camp Nou a reventar le rindió una gran ovación al jugador agradeciéndole su rápida recuperación y vuelta a los terrenos de juego.

El árbitro pitó el final y el Barcelona compró los billetes para Wembley. Los jugadores celebraron con su afición el pase a la gran final yendo de allá para acá por todo el terre
no de juego. De nuevo Abidal centro todas las miradas de las cámaras cuando sus compañeros le mantearon demostrando una vez más lo que significa la palabra equipo.

Ahora ya saben que el Manchester les planteara la revancha de la final de hace dos años.

Después del partido varias reflexiones:
1. No se puede ganar una semifinal de la Champions saliendo a empatar a cero en tu campo y sobre todo ante un FC Barcelona.
2. No se puede remontar una semifinal de la Champions rematando dos veces a portería, sobre todo frente al FC Barcelona y en el Camp Nou.
3. Las actuaciones arbitrales no pueden ensombrecer el partido del Real Madrid. Haciendo una analogía, si te la juegas en junio con los exámenes acabas en septiembre y si en septiembre no estudias con el suspenso te vas para casa, por muy difícil o muy fácil que ponga el profesor el examen.
Fotografías:
1, 3, 5, 6: as.com
2, 4, 7, 8: marca.com
9: perbarlis.blospot.com

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