La selección española femenina de balonmano cumplió
con los pronósticos y goleó (9-29) a la débil Paraguay, que necesitó treinta y
dos minutos, ya en la segunda parte, para anotar su primer gol.
Un demoledor dato que habla de las diferencias entre ambos conjuntos y, sobre
todo, para abrir el debate sobre la conveniencia o no de equipos como Paraguay
en la fase final de un Campeonato del Mundo.
Duda que alimentaron como nunca los paupérrimos números del equipo paraguayo,
que no sólo cerró el primer tiempo sin anotar ni un gol, sino que concedió
catorce a una selección española que tuvo que hacer un esfuerzo tremendo por
mantener mínimamente la concentración.
Un problema que nunca existe en el caso de la portera Silvia Navarro, que celebró
sus cien partidos con la selección española, dejando su portería a cero en la
primera mitad, tras atajar los nueve lanzamientos de Paraguay que llegaron a
portería.
Un cien por ciento de efectividad que España mantuvo también en ataque durante
casi veinte minutos y que sólo la madera fue capaz de romper, tras repeler un
lanzamiento de Alexandrina Barbosa cuando el marcador reflejaba ya un
contundente 0-12 para las de Jorge Dueñas.
Contundente tanteador al que contribuyeron decisivamente la central Macarena
Aguilar, autora de cuatro tantos en la primera mitad, y la lateral Nerea Pena,
que firmó tres, que no desaprovecharon los numerosos espacios dejados por la
defensa paraguaya.
Facilidades defensivas a las que se añadió el escaso acierto de las portera
paraguaya Analía Yaryes, que tan sólo logró atajar dos balones en el primer
tiempo, el primero de lo cuales no llegó hasta cumplido el minuto veintitrés.
Cifras que explican el contundente 0-14 con el que se llegó al descanso, y que
puso realmente fin a un choque, cuya única emoción quedó reducida a saber en
qué minuto Paraguay sería capaz de anotar su primer gol.
Una duda que se encargó de resolver nada más iniciada la segunda mitad la
lateral Ana Acuña, que firmó a los 32 minutos el primer tanto para las
sudamericanas (1-15) con un lanzamiento lejano que sorprendió a la portera
española Cristina González.
Gol que pareció liberar definitivamente a Paraguay que sumó otros ocho tantos
en la segunda mitad, por los quince que firmó el conjunto español, que cada vez
más y más relajado, fue contagiándose del errático juego de las sudamericanas,
lo que evitó un marcador final (9-29) todavía más contundente.
España juega sin rival en el Mundial de Balonmano
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