"Mirad a la portera. Hay que precisar los lanzamientos, que vayan entre los tres palos", señalaba un incrédulo Jorge Dueñas, que se vio obligado a pedir tiempo muerto apenas transcurridos siete minutos de juego, alarmado por el inquietante 3-0 que figuraba a favor de las angoleñas en el marcador.
Aunque lo realmente inquietante era el nulo acierto en el tiro del conjunto español, que destensado tras los dos "entrenamientos" que disputó ante Argentina y Paraguay erró sus cinco primeros lanzamientos a portería.
Y es que Angola, la campeón africana, nada tiene que ver ni con argentinas, ni paraguayas, sino que es un rocoso equipo que lleva ya varios años rindiendo a un alto nivel, con un balonmano rápido y atractivo, como ya pudo comprobar España la pasada primavera en la Copa Seúl, donde cayó por 22-21 ante las africanas.
Una Angola que encendió todas las alarmas unos segundos después, al situarse con una ventaja de 4-0, que obligaba a la selección española a reaccionar de inmediato si quería seguir manteniendo vivas sus opciones de victoria.
Pero si algo destaca en el conjunto español es su capacidad competitiva, el apelativo de "guerreras" no responde únicamente a criterios de índole comercial, sino a la realidad de un equipo que se agarra a la pista como pocos.
Por lo que bastó que España anotase su primer gol, obra de la pivote Begoña Fernández, para que España iniciase una espectacular remontada, en el que jugó un papel fundamental una hiperactiva Alexandrina Barbosa, que con tres goles casi consecutivos permitió a las de Dueñas igualar (4-4) el marcador.
Ya no pararía la selección española, que en los siguientes minutos siguió ampliando y ampliando su parcial hasta doblar a las angoleñas (4-8) en el marcador a los dieciocho minutos de juego.
Una renta que, incluso, llegó a ser mayor (8-13) ante el paulatino desplome del conjunto africano, que poco a poco fue enredando en el sistema defensivo español, donde volvió a brillar Patri Elorza, que parece empeñada en hacer olvidar a Verónica Cuadrado como compañera de Begoña Fernández en el eje central.
Dinámica que se acentuó en la segunda mitad, en la que España disparó los cuatro goles (10-14) de ventaja con los que llegó al descanso hasta los nueve que reflejó el 21-30 final, y que aseguró a España, al menos la segunda plaza del grupo C, en espera del duelo que enfrentará esta noche a Noruega y Polonia.
Una victoria incomprensible sin la brillante actuación de la lateral Alexandrina Barbosa, que en uno de sus mejores partidos desde su llegada a la selección, firmó nueve tantos que lanzaron definitivamente al conjunto español, al que ocurra lo que ocurra entre noruegas y polacas, le aguarda un durísimo duelo de octavos de final.
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